Antes era más difícil conservar tantas imágenes, aunque los álbumes entre mas viejos mas sagrados
Más vivos.
Aunque a veces no importa, la magia de la tecnología rebasa cualquier instinto colonial o romántico en papel blanco y negro o sepia
Hay fotografías negras que merecen ser borradas y que posiblemente ya no estén, que se hayan perdido en alguna papelera de reciclaje o en alguna memoria que prefiere olvidar.
Hay unas con las que tiemblas de emoción aunque extrañar a veces duele
Hay otras en cambio blancas, bonitas como las de la abuela, o las de los amigos, con esas te ríes, sonríes y te alegras, esas valen oro en cualquier material impreso o electrónico, esas evocan risas o regaños, anécdotas, energía.
Hay otras que hacen que te quedes callado, que sacan miradas dignas de otra fotografía, para recordar en lo que se pensaba cuando otra provoco una de esas miradas, hay sonrisas misteriosas, hay unas picaras hay verdades y hay mentiras, el más oscuro de los secretos es el más hermoso de los silencios.
Hay de muchos tipos y colores, de distinto uso y distinta armonía, pero siempre que estén o que descansen guardadas en algún lugar supone algo digno de ser recordado.
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