martes, 16 de septiembre de 2014

3:00 Am. 16 de septiembre. La hora del Diablo. "Sin nada que celebrar"

No tuve ganas de escribir el agraciado texto de cada fiesta patriotera "Sin nada que celebrar"; solo me dio pena tener que cruzar casi diez puestos de control para poder llegar al centro histórico de Puebla, en la mañana, aclaro, ¿Qué le pasa a los políticos que se ponen tan nerviosos cuando se junta el pueblo?, ni que fuéramos delincuentes, ni que estuviéramos inconformes o resultáramos tantito alzados, pa que desgastar más la dignidad del pobre pueblo y violar la constitución política en pleno día de la independencia, si ya saben que vamos a permanecer calladitos todo el año y a lo mucho nos amachinemos media hora al tiempo de gritar un par de vivas por las glorias pasadas; no hay necesidad de esculcar nuestras pertenencias si vamos a seguir tranquilos, calmos, con las manos quietas y parsimoniosos, así como nos hemos acostumbrado y les gusta mirarnos: agachaditos, inazusados, agazapados; parados frente al patriarca indistinto e indiferente, parados frente al hombrecito de traje azul, o verde o rojo, de chile raja o mole, de bola o de cambray, la misma gata revuelca; pero ni usted ni yo tenemos la culpa, así que espero haya disfrutado su día y gritado juerte, juerte: “VIVA MEXICO”, y recuerde, a un par de siglos de habernos liberado de un yugo opresor extranjero, muriendo para buscar una vida mejor, algo digno meramente, nada ha cambiado además de los celulares y la tecnología, nada ha cambiado al menos para más del “sesenta por ciento” de la población que ocupa el territorio nacional; y allá donde la tierra no esta pavimentada y las carencias abundan, allá también es México. Por tanto y por eso insisto con tristeza, no hay gloria nacional merecedora de fanfarrias, seguimos “Sin nada que celebrar”
3:00 Am. 16 de septiembre. La hora del Diablo.



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