domingo, 29 de marzo de 2015

Los Hombres Diablo - Segundo Canto. Mejinfanticidio


II
Se cuenta que acá por estos rumbos se teje una nueva raza de hombres diablos, de cinturones piteados y botas picudas, montados encima de bestias de metal con placas gringas, bestias estruendosas que rugen corridos y sones de muerte mega estéreo digital, en esa frecuencia van formando soldados productos del mundialmente famoso “Mejinfanticidio”. Mejinfanticidio se llama en mi tierra a la actividad predominante altamente cruel practicada en municipios del norte, del este y del oeste y del sur y del centro y del bajío de la republica de las tortillas, entrenando a los infantes para convertirlos en máquinas de guerra soldados de muerte despojados de su humanidad y crecen, y crecen, y crecen… y crecen en cruel agonía impulsada por seres todavía más perversos y más lastimados  más programados que son sus padres, que les inculcan desde chicos la cultura del narco, que aplauden la violencia con una cerveza a la mesa junto a la sonaja y un pase de coca y que piden que vuelvan a poner la misma rola apenas dejan los pañales, que suene y suene otra vez la sinfonía de la muerte, que suene la melodía grabada en la mente, que suenen pacas de a kilo leyendas de contrabando y traición, que suenen y que sigan sonando al día en que la letra se tiña de sangre por un roció de balas que acaba con el héroe de la canción encarnado en alguno de tantos miles de fulanos que viven y mueren de la misma manera siempre, siempre y todos los días.

Mejinfanticidio se le llama también a la actividad ligada completa a la infancia todita con la mano ceñida al machete ofreciendo la carne en tributo al cáncer solar y al cáncer social, “Obligolo” al individuo mozalbete al recorrido diario de dos horas promedio para poder siquiera aprender a deletrear mientras espera, que espere, que siga esperando en la sierra refundido al contemple de una vida con los ojos vendados, a la espera de otra cosecha, otro año de mal comer para sobrevivir junto a sus seis hermanos, otro diciembre junto al fogón dentro de casa en piso de tierra, frente a los espejitos recuerdo de alguna elección caída con la foto del candidato del partido oficial, ya celebraran otra amarga navidad juntos… juntados, arrejuntados, arrejuntémonos... Arre Chingar  

Mejinfanticidio: Actividad propia del sector político y empresarial de propiciar los elementos para promover el hambre partiendo del salario como instrumento de tortura, la falta de empleo, la intervención de la soberanía alimentaria como estrategia neoliberal, el despojo de los pueblos, el hambre, que por no ser enfermedad de los ricos nadie de los que puede o los que debe se ha ocupado de darle antídoto remedio conjuro mágico que nos libre o solución.

Hasta la protesta pierde sentido al acontecer de aquel país donde después de un breve rugido el tiempo se apaga, se queda silente agazapado parsimonioso con un placebo anestesiado, esperando al próximo escándalo nacional. Cada vez es más difícil sorprenderte, pero la evolución de esa raza de hombres diablo encorbatados, otro tipo de hombres diablo, porque los hay a muchos niveles, hay quienes matan con balas de plomo y también hay hombres diablo de corbata, con franjas rojas en los brazos encima de sacos italianos que los distinguen del resto de los hombres del país, a ellos, a ellos, a ellos, a los Porfirios Hombres Diablo, a ellos a los que mandan, ellos no usan plomo para matar, ellos dilapidan la patria con actos criminales de políticas públicas y de una forma más sutil nos dan una muerte lenta pero efectiva y más perversa, porque los Porfirios hombres diablo y sus conjuros de muerte enferman el tejido social provocando que seamos nosotros quienes nos exterminamos. Y al alzar la mano todos juntos en esos recintos consagrados a la sanguinaria democracia al alzar la mano ellos, lo Porfirios Hombres Diablo, de un solo tajo eliminan generaciones completas incluso antes de nacer.  He Ahí la máxima de la alta brujería de la política Mexicana: El poder de matar sin siquiera esperar a que estén vivos.

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