lunes, 18 de enero de 2021

Stanislavski, De Niro, los actores y la interpretación actoral


Teatro es un arte colectivo, sin embargo, es muy productivo analizar aspectos en particular del arte dramático tan importantes como el trabajo actoral, la dramaturgia, la dirección escénica; iluminadores, escenógrafos, vestuaristas, todo el trabajo creativo que involucra el universo que plantea el director, atraviesa por el ultimo filtro: El actor. El arte de la interpretación es uno de los más complejos que existen. Para lograr meterse en sus respectivos personajes, los actores y actrices tienen activar varias zonas cognitivas simultáneamente, interiorizar la idiosincrasia, la psicología, las motivaciones, el tren de pensamiento y otros tantos matices de tal forma que den vida a otra persona; materializan una fantasía artística-escénica por decirlo de un modo, traen del mundo de las ideas al mundo material una creación artística, dando vida a una verdad escénica.
  A mi parecer buenos actores sin métodos técnicos de interpretación actoral son posibles, pero no sin disciplina, sin una idea clara de la ruta para analizar un personaje y construirlo.  Pasión y disciplina, pueden formar a grandes actores, pero pasión, disciplina y técnica forman actores infalibles. No existe la posibilidad de que un actor justifique su mal desempeño, no hay manera, excusa o pretexto para faltarle el respeto a Teatro y a la creación colectiva de todo un equipo, eso sin tomar en cuenta al publico y el respeto por ese factor tan necesario en el arte de la reunión. 

Uno de mis actores favoritos, si no el que mas es Robert de Niro, ha sido tan correcto en su desempeño actoral que su nombre en una cartelera es sinónimo de buen cine. He leído numerosas anécdotas respecto de su trabajo actoral en distintas películas, pero he disfrutado más de su cine al observas sus distintas transformaciones; de acuerdo a las lecturas que he realizado sobre su trabajo, utiliza el método del maestro Konstantin Stanislavski creado a principios del siglo XX, en Rusia, un sistema de interpretación que cambiaría para siempre la realidad de la actuación: “No te creo, no me convences,” se leen como las frases favoritas del maestro, además de que aquel que consideraba ya haber llegado a la búsqueda del personaje, estaba destinado a la mediocridad escénica, de ese concepto fundo mi propio principio: Siempre se puede más. No he leído el libro famoso de “Un actor se prepara” (debería) pero tampoco ignoro absolutamente algunas directrices del método Stanislavski, sé poco, pero tampoco lo ignoro todo, comprendo que el método es el resultado de muchos años de esfuerzos por parte del Maestro para determinar cómo un actor puede controlar la energía en los aspectos más complejos, intangibles e incontrolables del comportamiento humano. Conozco y practico como director algunos principios básicos de ese método: La concentración para que el actor responda a la imaginación aprendiendo a pensar como el “personaje” que interpreta. La capacidad para entender la verdad diferenciando entre lo orgánico y lo artificial. El maestro Stanislavski creía que existen leyes naturales de la actuación. Circunstancias dadas, desarrollando la destreza de usar las habilidades para crear el mundo de la dramaturgia (circunstancias dadas en el texto) La relajación durante la actuación, trabajar con los sentidos, desarrollar la memoria sensorial; además de comunicación, contacto y extrema atención, para desarrollar la habilidad de interactuar con otros personajes improvisando, sin violar el contenido de la dramaturgia. Este método de interpretación actoral abordado en su forma integral desde una perspectiva más profunda, ha dado a Robert de Niro el lugar de actor infalible. Se cuentan muchas anécdotas sobre algunas acciones previas realizadas durante su trabajo en el uso de la técnica. “En 1980, De Niro se empeñó en lograr una actuación hiperrealista de Jake La Motta para 'Toro Salvaje'. Ganó casi 30 kilogramos de peso, bebió y fumó en exceso y practicó boxeo para tratar de vivir como lo hacía el gladiador. Su transformación fue tan drástica que su estado de salud llegó a debilitarse, algo que hizo parar el rodaje a su director, Martin Scorsese.  De cara al rodaje de 'Taxi Driver', pasó varios días con el Ejército norteamericano en los que aprendió a disparar un arma, así como el modo de hablar y comportarse de los militares” No conozco más anécdotas de De Niro, que aquellas que leemos en internet, pero si conozco su interpretación, porque lo admiro, es un actor tan profundo, los gestos nuevos que observas en cada personaje, sus modos de caminar tan distintos, el mismo rostro, pero tantas caras diferentes. Hay películas de Robert que por el texto y la dirección son magníficas, hay otras que talvez no encajen de una manera tan profunda ya sea en nuestro gusto o en la consideración de piezas artísticas cinematográficas, pero el pulso dramático del actor, su estilo de trabajo, y su buen ojo para seleccionar un buen rodaje es el sello que lo caracteriza; distorsiones de su dentadura, tatuajes semipermanentes, técnicas de boxeador, costillas rotas, aumentos y disminuciones de peso: De Niro no llego un día a un set de grabación y todas las ideas y la técnica llovieron del cielo, si bien es cierto no he leído el libro, con apreciar y respetar la ley del titulo a veces es suficiente “Un actor se prepara” de Niro lo hizo en la vida y en la escuela de interpretación Stella Adler. Sin duda un actor, una persona y un personaje que dejo huella en nuestras vidas y vale su peso en Oro. Un actor Stanilavskiano, diría yo, es aquel que estudia, profundiza, construye, matiza y finalmente transmuta, da vida, permite observar al director maravillado o al dramaturgo agradecido que ese ente imaginario que invoco y construyo esta presente en teatro, o en el cine. Gracias a la técnica actoral de seres tan profundos como aquellos de los que hablamos en este texto. Convendría a la suerte de Teatro, encontrar en las nuevas generaciones, estas posturas tan comprometidas, que devuelvan a las salas y a los escenarios, el poder de hacer temblar un recinto y mantener al filo de la butaca al espectador después de la tercera llamada, una vez que brotan de los labios de esos seres maravillosos los grandes actores y las grandes actrices, el arte dramático en sus más profundas interpretaciones.

 

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